Anorgasmia Coital Masculina: cuando él no puede terminar

Anorgasmia Coital Masculina: cuando él no puede terminar

No creas que solo las mujeres pueden tener dificultades para llegar al orgasmo o que solo ellas caen en la tentación de fingirlos. Actualmente, son cada vez más los hombres que no logran eyacular ni sentir un orgasmo durante la penetración, a pesar de que sienten deseo sexual, tienen un nivel alto de excitación y una buena erección.

En los últimos años han ido aumentado en general todas las disfunciones sexuales masculinas. Lo más interesante es que la inmensa mayoría de los afectados son hombres jóvenes y sanos, emparejados y enamorados de su mujer, pero con quien no pueden funcionar sexualmente, a pesar de que sí lo hacen perfectamente a solas (masturbación) y, eventualmente, también con otras mujeres.

Se cree que los desórdenes de eyaculación y los desórdenes orgásmicos son lo mismo, pero no es así. Tanto los urólogos como sexólogos diferencian explícitamente ambos procesos, estimando que una cosa es la incapacidad de eyacular y otra muy distinta es la dificultad para alcanzar el orgasmo. Los trastornos eyaculatorios más frecuentes podemos mencionar: eyaculación retrógrada, aneyaculación y eyaculación retardada.

ORGASMO NO ES LO MISMO QUE EYACULACIÓN

Muy brevemente, la eyaculación retrógrada se refiere a aquellos casos en que el líquido seminal no puede ser expulsado a través de la uretra, ya que éste se ha redireccionado hacia la vejiga y allí se mezcla con la orina. Sus causas generalmente son de índole biológica. En cambio, en la aneyaculación también existe una total ausencia de eyaculación, pero acá no se debe a que el semen se haya vuelto hacia adentro, sino a otras causas, muchas de ellas orgánicas. En los casos de eyaculación retardada sí hay expulsión del líquido seminal, pero tarda demasiado en producirse y en ocasiones simplemente no se llega a expulsarlo. En estos últimos dos síndromes, la sensación orgásmica puede eventualmente existir, aunque con distintos grados de intensidad y frecuencia. Cuando el hombre tiene erección pero no logra casi nunca llegar al orgasmo, estaríamos hablando de desórdenes orgásmicos, en los que la respuesta de erección -aunque normal- se encuentra disociada de la sensación subjetiva de excitación. caro-anorgasmia-masculina-ok-660x330

Las causas se asocian a factores de índole biológica tales como: intervención quirúrgica de la próstata, obstrucción o pérdida de motilidad de las vías seminales, efectos secundarios de ciertos fármacos (antidepresivos, antiestamínicos, Viagra) o de otros problemas médicos (diabetes, neurológicos, lesiones en la médula espinal, hormonales como la hiperprolactinemia, etc.), abuso del alcohol o drogas, entre otros. Los factores psicológicos están más presente en los casos primarios o de toda la vida: educación recibida, fanatismo religioso, abuso sexual en la infancia, hipercontrol y dificultad para dejarse llevar, masturbación casi ausente o bien excesiva.

CUANDO EL ORGASMO NO LLEGA NUNCA…

Si bien no es lo más común, existen hombres que pueden eyacular sin tener orgasmo y otros que pueden alcanzar un orgasmo sin haber eyaculado. Así que orgasmo y eyaculación, aunque suelen darse al mismo tiempo, no son equivalentes y pueden producirse en forma separada. El orgasmo apunta a la percepción de las contracciones internas que conducen a la sensación subjetiva consciente del placer y satisfacción sexual; en tanto que la eyaculación sería netamente la expulsión del semen a través de la uretra.

Personas con diagnóstico de eyaculación retardada señalan que en algunas ocasiones sí lo logran eyacular –a veces mal y tarde–, pero que la sensación orgásmisca suele mantenerse, aunque su intensidad varía. En el caso de la aneyaculación, la sensación orgásmica se ve afectada, correspondiéndose con una anorgasmia. Esto queire decir que aun cuando quieran y se esfuerzan en lograrlo, no pueden desempeñarse sexualmente bien con la propia pareja, lo cual les produce angustia.

“Pacientes nos cuentan en la consulta que nunca antes les había pasado algo así y que durante un tiempo relativamente largo funcionaron satisfactoriamente, incluso con parejas anteriores como con su mujer actual (con esta únicamente en los inicios de la relación). Estos últimos son aquellos casos en los que el hombre comienza a fingir un orgasmo para esconderle el problema real a su pareja, ya sea por vergüenza, o para no afectar la autoestima de ella, o para evitarse un conflicto”, dice la sexóloga Alejandra Godoy.

Así que el concepto de anorgasmia apunta a la dilación, inhibición o incapacidad persistente y recurrente de experimentar el orgasmo, a pesar de que la persona siente el deseo, tiene erección y ha recibido la estimulación sexual adecuada.

Pero no todos los cuadros de anorgasmia son iguales. Mientras que algunos no pueden alcanzar el orgasmo casi en ninguna circunstancia o con ninguna mujer, otros sí pueden experimentarlo fácilmente en poluciones nocturnas o mediante la masturbación y dentro de estos, unos pocos lo logran gracias a la estimulación manual u oral de la pareja. Cuando el hombre puede tener un orgasmo en cualquiera de esas otras condiciones, pero le es imposible durante el coito, es decir, dentro de la vagina, estamos hablando de Anorgasmia Coital Masculina. Si la disfunción se ha presentado por primera vez y sólo le ocurre con su mujer, no con otras, correspondería al subtipo selectivo-relacional. Estos últimos son los casos que se han incrementado progresivamente en los últimos años en las consultas de los sexólogos, fluctuando entre el 8% al 15% de la población masculina mundial.

Los subtipos secundarios de anorgasmia, es decir aquellos que sí funcionaron normalmente durante un tiempo, se pueden asociar al temor de dejar embarazada a su mujer, excesiva ansiedad por el desempeño sexual, asumir rol de observador o de autoobservador, alto nivel de estrés, desgano, falta de apetencia sexual, estilo de apego evitativo, entre otros.

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Finalmente, más específicamente respecto a la Anorgasmia Coital Masculina de tipo selectivo (el síntoma aparece solo con su mujer), así como también en las otras disfunciones sexuales masculinas selectivas (justamente aquellas que más se han incrementado en los últimos años), las causas no son ni de origen biológico ni se deben a severos problemas psicológicos individuales. Por el contrario, se deberían más bien a ciertas dinámicas de la relación o del contexto que ambos miembros de la pareja fueron construyendo juntos a lo largo del tiempo. Pero tampoco pienses que dichas disfunciones aparecen en cualquier hombre joven que esté emparejado con cualquier mujer. No, se presentan sólo en un determinado tipo de hombre que tiende a ser introvertidos, hipersensible y evitador de conflictos. En tanto que sus parejas suelen ser – o son percibidas así por ellos – como extrovertidas, de carácter fuerte y muchas veces explosivas. Entonces, estaríamos hablando de que habría una cierta combinación de temperamentos y personalidades que favorecerían la aparición de dichas disfunciones sexuales masculinas selectivas.

Claro que todo lo anterior se da dentro de un nuevo contexto socio-cultural en que, por un lado, las mujeres son muy independientes y se han ido empoderando ostensiblemente, al mismo tiempo que el rol del hombre se fue difuminando y perdiendo poder. Pero, por otro lado, también ha cambiado la actitud de la gente ante la sexualidad. Pasamos de una cultura represora de todo lo sexual -salvo en términos reproductivos- a una sociedad hipersexualizada, donde han cundido los mitos, las expectativas irracionales y las exigencias desmesuradas: las mujeres tienen que ser multiorgásmicas y los hombres tienen la responsabilidad de satisfacerlas plenamente, incluso mediante el sexo tántrico en que se logra tener orgasmos sin eyacular.

Es importante detectar el origen de esta patología, pues de esto dependerá el tratamiento. El mayor consejo para tratar la eyaculación retardada es no dudar en consultar a un sexólogo, quien es el profesional más idóneo para ayudar a solucionar el problema. Sólo así se podrá volver a disfrutar de relaciones sexuales plenas y satisfactorias.

Fuente: Blog de CEPPAS